«hay que sacar de las carreteras a los que son un peligro»

-¿Cómo se ayuda a niños y jóvenes a impedir los accidentes de tráfico?
-Explicándoles que el cinturón de seguridad debe ser parte del vestuario. Y quien va detrás en una moto tiene que llevar casco. «Si quieres a tu amigo o a tu novia, no le provoques ningún mal». Esos mensajes con palabras adecuadas, verdaderas y no para asustar les llegan.
-Y después del accidente, ¿qué queda?
-Un gran interrogante: ¿qué voy a hacer yo ahora? ¿Cómo van a cambiar mi vida, mis proyectos? Tienes miedo a todo: a trabajar, a casarte, a tu pasado…
-Usted se quedó tetrapléjica con 25 años. Se casó después y tuvo dos hijas. Su lucha, tesón y esfuerzo son dignos de encomio.
-Soy de esas privilegiadas que tuvieron la suerte de encontrar un hombre maravilloso; primera bendición. Y la segunda son mis dos gemelas. Siempre me han dicho que soy una persona con estrella, porque la he tenido: de niña, joven… Pues un día me estrellé. Pero de alguna manera la estrella volvió a brillar y me mostró el camino. Me dio esa posibilidad de hacer un trabajo precioso, de tener familia. No me negó el accidente mi sueño. Cambió algunos, pero me dio otros igual de bonitos, bellos.
-¿Qué estrella debe guiar al conductor?
-Con la nieve, salidas y regresos, y ante los numerosísimos movimientos de estas navidades, la del control a la hora de beber y conducir. La de las cadenas, bien puestas en el coche si tiene que desplazarse a zonas donde haya mucha nieve. La espada de Damocles está ahí.
-Pendiendo sobre nuestras cabezas.
-Tratar de evitar lo que a mí me pasó en otras personas es algo que me llena. Siempre se piensa que esas cosas les ocurren a los demás. Es muy importante que sepamos que, como nos puede pasar a todos, hay que poner los medios para que a nosotros y a las personas de nuestro entorno no les suceda jamás.
-Desde Aesleme, asociación sin ánimo de lucro que usted dirige para el estudio de la lesión medular espinal, se lucha a brazo partido por la prevención y el estudio de las lesiones medulares y cerebrales. ¿Se encuentran con dificultades?
-Siempre. Pero ahora hay mayor sensibilización. Yo he optado por la educación, la prevención y la sensibilización. Espero que eso haya creado una simiente en niños, jóvenes, adultos.
-¿Qué le pidió al presidente del Gobierno?
-Prioridad política para la seguridad vial, y parece que han tomado el guante, porque es la primera causa de mortalidad y discapacidad en menores de 35 años. Y crear un psicólogo de urgencias.
-¿Y del Código Penal?
-Necesitamos que se cumpla la legislación. Hay que sacar de las carreteras a los que allí son un peligro. Lejos de que alguien presuma de que se toma cuatro copas y coge el coche, o que hace Madrid-Valencia en cuatro horas, lo que tenemos que procurar es que la sociedad rechace ese tipo de conductas, propio de energúmenos. Cuando incitamos a alguien a tomarse «la última copa» y le dejamos montarse en un coche, todos somos culpables.
-¿Las penas con pan son menos penas?
-Pues sí. ¿Sabe por qué? Porque no siempre un accidente de tráfico o por otra causa lleva detrás una indemnización económica. Hay personas que pierden el trabajo, otras no tienen pensión; luego, están los problemas de adaptar tu casa, tu coche, tener a una persona que te ayude… Todo eso genera gastos para la unidad familiar. Cuando tú puedes afrontar la vida con las cosas resueltas es mucho más fácil, pero hay familias que tienen que enfrentarse a esos problemas sin recursos económicos.
-Dos millones doscientos mil jóvenes han pasado por Aesleme.
-Eso me enorgullece.
-¿Y se dejan concienciar?
-Los chavales necesitan mensajes que se puedan creer. Cuando saben el porqué de las cosas -casco sí, cinturón sí-, ellos realmente no son tontos.
fuente:abc.es

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